8:08h. Estaba la luna casi llena poniéndose hace un momento, entre los árboles del Oeste. Se veía más grande, como cada vez que la luna baja su altura sobre el horizonte y en comparación con la línea del monte o con los árboles o con las casas, se ve

más grande y anaranjada.

Anoche también estaba preciosa cuando, a eso de las nueve, había alcanzado gran altura sobre el horizonte y estaba clara y más pequeña y daba luz a unas nubecillas blancas que parecían trapos despedazados y que, iluminados por la luz de la luna, desprendían una luz fosforescente como de fantasma.

Lo curioso es que yo siempre había creído que la luna seguía la misma trayectoria que el sol por el día, es decir, de Este a Oeste, y así es, pero no exactamente, puesto que el sol ayer se puso por entre los avellanos que hay delante de la vía del tren, y ahora la luna casi llena está teniendo su ocaso un poco más hacia el Oeste, hacia los eucaliptos de Patarelo.

Lo que sí me parece cierto es que esta luz de la luna llena, tira hacia arriba de las plantas, y ayer había en el aire calmo, un olor ya de primavera, o al menos de su promesa, y en el soleado y glorioso día, dando un paseo con los perros por la tarde vi, junto a un poste de teléfono, el primer sauce blanco florecido de verde.

Tienen los sauces unas flores compuestas que parecen hojas tiernas cuando se ven de lejos, y es lógico que florezcan temprano, como ya lo hacen los abedules con sus amentos, y también los alisos, que aquí llaman ameneiros, puesto que el polen circula así libremente, sin el estorbo de las hojas que harían de saco si estuvieran sobre las ramas, y donde el polen se perdería para siempre.

Feliz día y hasta mañana,

Mónica Fernández-Aceytuno

P.S.¿ Por qué en Málaga llaman cagarzos a los flamencos? Ha empezado su cortejo, noticia de hoy en ACTUALIDAD.

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