PÁJAROS EN LA NIEVE

ACTUALIDAD NATURAL

MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO

ABC, Lunes 6-11-2000

IMPRESIONES DE UN PÁJARO EN LA NIEVE

Nevó ayer por la mañana en el refugio de Goriz, en el pirineo aragonés. De lejos, según Angel Morató, se veían tímidos sarrios; de cerca, confiados armiños blancos que comían las migas de pan como palomas.

La nieve estará hoy tan fina y tan nueva que cualquier pájaro que despegue dejará la impresión de sus alas. Cuando un ave se dispone a volar, las plumas de las alas abiertas tocan la nieve, y dejan una huella muy superficial, como la de una mano que, abierta, tocara el mar y no quisiera llevarse el agua. Pero si el ave da uno, dos, o tres aletazos, éstos se quedan siempre registrados a pares, y dibujan claramente la trayectoria que siguió el pájaro antes de echarse al aire. El aterrizaje es distinto. Para tomar tierra, las aves suelen cerrar las alas, por eso en la nieve sólo se nota la impresión del cuerpo del pájaro caído del cielo y, después, unas huellas en zig-zag, si es que tiene una buena envergadura y camina a pasos como un hombre; o huellas en grupos de dos, si es que el pájaro es pequeño y avanza a saltos como hacen los gorriones alpinos.

Volarán hoy los pájaros sobre la nieve dejando estas efímeras impresiones que en la imaginación, o en la memoria, permanecen para siempre.

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