Los somormujos lavancos, esas aves con esos preciosos moños que bien podrían pertenecer alguna tribu urbana, están también en el agua.
        Juan Carlos Delgado Expósito

Los somormujos lavancos, esas aves con esos preciosos moños que bien podrían pertenecer alguna tribu urbana, están también en el agua.
Juan Carlos Delgado Expósito

Los somormujos lavancos, esas aves con esos preciosos moños que bien podrían pertenecer alguna tribu urbana, están también en el agua, llaman la atención sobre el fondo oscuro del agua, sus pechos blancos y cómo desaparecen zambulléndose en el agua en busca de su alimento.

Juan Carlos Delgado Expósito

UNA MAÑANA DE ACUÁTICAS

El día se presenta con nieblas aquí y allá, pero a medida que avanza la mañana ésta se va disipando, el sol este día ha podido más y la ha vencido. Estoy en el embalse de Valuengo, que pertenece al término municipal de Jerez de los Caballeros, este embalse fue construido hacia el año 1959, actualmente está catalogado como zona ZEPA ( Zona de especial protección para las aves), cuenta con algo más de doscientas hectáreas bajo esta catalogación. Y las aves que en el se pueden observar son muy variadas, desde cigüeña negra hasta águila pescadora, pasando por un buen elenco de aves acuáticas.

Nada más llegar al embalse una parte importante de los cormoranes que tienen aquí su dormidero, algo más de quinientos ejemplares, se hacen sentir con sus sonidos guturales y sus chapoteos en el agua. En los eucaliptos de la orilla, en las rocas y en el suelo, se solean otros con las alas abiertas, parecen rogarle al sol que seque su plumaje, algunas veces mantienen alguna disputa con alguna garza real, pero enseguida se apacigua la cosa.

En el centro del embalse, otras aves acuáticas viven en vecindad con los cormoranes, así los ánades reales son abundantes, se observan tanto machos como hembras, con sus plumajes tan diferentes. En una orilla fangosa siete avocetas vadean las aguas en busca de su alimento. Las avocetas aquí son invernantes, y me gusta ese contraste de su plumaje tan blanco con algo de oscuro; su pico recurvado hacia arriba es quizá lo más llamativo de esta ave. Pienso que es una de las aves más elegantes que se puedan observar, parecen señoritas decimonónicas paseando por la playa.

Pero hoy me llaman la atención especialmente, dos machos de pato colorado y tres hembras que se mezclan con el resto de aves, los machos son preciosos con sus cabezas rojizas muy llamativas, las hembras son de colores menos vistosos.

Pero hay más sorpresas, enfoco con mi telescopio a un macho de silbón europeo, si en el pato colorado llama la atención su cabeza rojiza, en el silbón te atrae inmediatamente su frente de un color dorado de ensueño. Este único ejemplar está acompañado por una hembra, también de colores muy apagados, como suele ser habitual en los patos y en casi todas alas aves hembras.

Un grupo de ánsar común, en total unos treinta y nueve ejemplares, avanzan por la superficie del agua, como impulsados por una fuerza invisible, se alejan del resto de aves, quizá se creen superiores, cualquiera sabe.

Los somormujos lavancos, esas aves con esos preciosos moños que bien podrían pertenecer alguna tribu urbana, están también en el agua, llaman la atención sobre el fondo oscuro del agua, sus pechos blancos y como desaparecen zambulléndose en el agua en busca de su alimento.

Un grupo de patos cuchara, machos y hembras, llamados así por la forma que tiene su pico, se mezclan con ánades reales, cormoranes, somormujos y algún que otro zampullín común. En definitiva una buena mañana de acuáticas.

J. Carlos Delgado Expósito

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