LUZ DEL SILENCIO

ACTUALIDAD NATURAL

MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO

ABC, 29-5-2000

LA LUZ DEL SILENCIO

Nada más ponerse el sol el sábado por la tarde, el agua del mar se calmó al sur de Castellón y alcanzó los veintiún grados en la superficie mientras las medusas encendían en el agua sus luces frías y daban al mar ese aspecto que tienen de noche, a vista de pájaro, los pueblos abandonados cuando, en las últimas casas, se encienden las luces.

El ciclo de vida de las medusas es tan complicado, en esto del vivir hay mil maneras, que hoy sólo cabe decir que, en general, poseen alternancia de generaciones y que gran parte de las medusas errantes que veremos durante el verano y cuya forma de sombrilla corresponde a su fase sexual, proceden de los millones de larvas de medusa que están soltando estos días pólipos anclados en el fondo de los mares. Cuenta Angel García-Mochales, bombero e instructor de buceo, que, la medusa que vió el sábado por la noche tendría el tamaño de un paraguas de niño y unos tentáculos de más de dos metros de longitud donde se refugiaban cien peces diminutos. Para que no se le acercara, utilizó las burbujas de aire del regulador de emergencia, y, a la medusa, como si el agua tuviera escalones, al huir a la superficie, se le transparentó el esfuerzo mientras se perdía, en la noche del mar, su luz verde, azul, violeta, la luz sin calor, la luz del silencio.

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