LAPAS

LAS LAPAS PACEN DE NOCHE

Esta noche, en las rocas de todas las costas, millones de lapas saldrán a pacer y ramonear las algas, como todas las noches, pero ni siquiera las gaviotas, dormidas sobre las olas o los islotes, se darán cuenta de algo tan evidente.

La lapa ( Patella vulgata )durante el día permanece inmóvil en su sitio, donde aguanta la fuerza del mar, el tiempo en seco, el sol y la dulzura del agua de lluvia gracias a que su concha ha crecido adaptándose al sustrato rocoso, y puede apretarse con tal fuerza que el cierre es hermético y tan perfecto que le permite conservar el agua salada en la cavidad paleal durante horas: de ahí que las lapas que están más alejadas del mar a las que, en ocasiones, sólo les llegan las salpicaduras de las olas, tengan la concha más cónica y abombada que las que se sumergen con frecuencia. Según el profesor Troncoso, malacólogo, esta noche, como todas las noches, cada lapa dejarán un rastro químico que le servirá de guía para regresar, antes de que amanezca, al trozo de piedra que tiene la forma exacta de su concha.

Cuando llegue el día cada lapa estará en su sitio, y seremos otra noche, como todas las noches, gaviotas dormidas sobre las olas, mientras todas las lapas del Mediterráneo, del Atlántico y del Cantábrico abandonan a oscuras su lugar en la roca.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC, Sábado 27-6-1998

www.aceytuno.com

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