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Las abundantes lluvias primaverales caídas en Ciudad Real hicieron que, en un rincón de su extensa campiña, el terreno se empapizara y encharcara.
Isabel Fernández Bernaldo de Quirós
Al volver a casa me he encontrado a las glicinias entrando con el sol por las ventanas.
Buenas. Ayer a primera hora de la tarde, bajo un sol de justicia, fui a ver la plaga de medusas que decían llenaba las aguas del puerto.
Así están ahora mismo los caballos, de pie, dormidos bajo el frío y la lluvia que gotea de las hojas del roble que les resguarda mientras sueñan.