De los mirlos, uno de cada diez mil, es blanco, albino.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Toribio, un excelente agricultor que lleva muchos años colaborando conmigo, me propuso que fotografiara una encina seca para enviarte su imágen. “Le gustará”, me dijo. Fuimos hasta la encina, pisando sobre una dehesa sedienta y helada. La encina está completamente seca y se está cayendo a pedazos pero en todo lo alto ha germinado un acebuche cuyas raíces están profundizando por dentro del tronco podrido.
Si consigue alcanzar el suelo, la tierra, antes de que se desintegre la encina, es posible que sobreviva. El acebuche se lo merece por el entusiasmo que está poniendo en salir adelante. Intentaré hacerle un seguimiento. En la imagen, el tronco más claro del acebuche destaca sobre el color oscuro de la encina.
Un abrazo. Joaquín
Joaquín