Las flores silvestres que estos días maravillosos invaden los campos no tienen nada que envidiar de los ejemplares de invernadero que venden en floristerías.

Ignacio

Las flores silvestres que estos días maravillosos invaden los campos no tienen nada que envidiar de los ejemplares de invernadero que venden en floristerías.

Ignacio

Las flores silvestres que estos días maravillosos invaden los campos no tienen nada que envidiar de los ejemplares de invernadero que venden en floristerías. Como ejemplo, estas flores de aguileña, una modestísima planta, que crece en los prados, de Cantabria en este caso, con una singular belleza y perfección.

Un abrazo.

Ignacio

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