La costa gallega es tan hermosa que al mirarla se tiene miedo de que pase el tiempo. Es amplia, limpia y abierta. Libre, como era la libertad antes de que nadie la nombrara.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Las flores silvestres que estos días maravillosos invaden los campos no tienen nada que envidiar de los ejemplares de invernadero que venden en floristerías. Como ejemplo, estas flores de aguileña, una modestísima planta, que crece en los prados, de Cantabria en este caso, con una singular belleza y perfección.
Un abrazo.
Ignacio
Ignacio