La verdad es que no puedo disimular mi felicidad cuando vuelvo a ponerme las botas para pasear por el campo.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Este pollo de mirlo se estampó contra uno de los cristales de la galería y tras tenerlo por unas horas en una jaula, lo soltamos.
Esta es la cara que tenía antes de que lo lanzáramos al aire, como si le dieran miedo las alturas, pero voló sin problemas.
Me di cuenta de que tienen los pollos del mirlo, el plumaje pardo de las hembras.
Mónica Fernández-Aceytuno