Por fin un sueño cumplido, y por fin un libro de rastros y huellas. Casi 10 años de trabajo, junto con un compañero veterinario, para plasmarlo en este libro. Desde siempre nos han gustado mucho los rastros de la fauna salvaje, una forma de buscar a los animales que siempre son dificiles de ver.
Ángel Javier España
Durante todos estos años de patear el campo nos ha pasado de todo. Desde toparnos de frente con una osa parda y su cría hasta ver el mejor rastro del mundo y no llevar la camara de fotos encima. Nunca sabes qué te depara la naturaleza. Gracias a los rastros y las huellas que dejan en el campo nuestra fauna podemos saber mas aspectos sobre su biologia, con el fin de protegerla al maximo.
Ángel Javier España
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10:37 del jueves 11 de Diciembre de 2008
La primera persona que me nombró a los liquidámbares fue Alfonso Ussía, en una comida, hace ya muchos años.
10:10
Da tan de lleno el sol sobre el centenal, que la ventana en su pared se vuelve oscura.
Se le llama argamón en la montaña de Riaño al serbal de los cazadores, Sorbus aucuparia.
MF-A