Quizá sepas que en inglés esas coreografías otoñales de los estorninos se llaman murmurations (¡Qué bonito!). En castellano debería haber alguna palabra que sustantive algo tan bello y tan singular.
Colimbo
Colimbo
Juan Carlos Delgado Expósito, desde la Baja Extremadura:
Paseando por nuestros campos se observan aun bastantes variedades de flores, una de ellas es la flor de la zarzamora, zarza o en mi tierra también conocido como “ballaó”. Y es que efectivamente este último nombre le viene como anillo al dedo, pues sin duda alguna las impenetrables masas de zarzas espinosas son los mejores cerramientos que se pueden utilizar para proteger o separar nuestros campos. Esta planta con sus púas y ramas forma un verdadero muro natural, algo más práctico que las alambradas de espinos, utilizadas aún hoy en muchos puntos de este país, y en las que cada año mueren numerosas aves enganchadas en estos crueles alambres.
Los zarzales son verdaderos ecosistemas que albergan numerosas especies: los insectos se aprovechan en esta época de sus flores, estos a su vez atraen a las aves; algunos reptiles como las lagartijas se protegen en su interior; muchas aves utilizan este fortín natural, no solo para buscar su alimento, tanto de insectos como ya decimos, sino que los frutos son consumidos igualmente por numerosas aves. Además las currucas, los mirlos, los alcaudones reales y otras muchas aves utilizan este sustrato para situar sus nidos y protegerlos así de los predadores. Estas masas de arbustos impenetrables son también el hogar de los conejos silvestres, que instalan en el suelo sus refugios, igualmente contra los predadores.
Las moras son frutos ricos en vitamina C, se pueden consumir crudas o preparadas en mermeladas, vinos o licores. El zumo de las moras es refrescante y sabroso y además es buen remedio para la ronquera.
En la foto se aprecian flores abiertas, otras aún por abrir e incluso frutos verdes ya formándose.
Juan Carlos Delgado Expósito