Truman Capote

El cuervo de Truman Capote se llamaba Lola.

Lo capturó Graziella, una italiana que hacía las labores domésticas en la casa que tenía Capote en la ladera de una montaña de Sicilia, y fue a buscarlo a lo alto de un barranco, donde atrapó al cuervo con una red de pescar. Horrorizado, Capote lo encerró en la habitación más fría de la casa, pero, tras el susto que se llevó un día al pensar que lo había perdido, acabó durmiendo el cuervo sobre los barrotes de latón de su cama. “Lola” se llama el relato del cuervo, escrito en 1964…

Mónica Fernández-Aceytuno

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