De la tierra, el cernícalo, todo lo ve. También a…
Nacidos de un sueño
Para los que me seguís hace años, os podréis imaginar lo que ha supuesto para mí poder colaborar con este microdocumental de 90 segundos sobre el oso pardo cantábrico que se emitió este martes en TVE, como cierre de “La noche en 24 horas”.
Para explicarlo, no se me ocurre más que dejar aquí el artículo que escribí en 1994, hace más de veinte años, y que terminaba de esta manera:
“Pero, querer contarlo no es, tal vez, más que otro sueño”.
Pues aquí está, hecho realidad:
Saludos,
Mónica
NACIDOS DE UN SUEÑO
Dan a luz en la oscuridad. Paren en sueños y lo que nace es tan pequeño que no les despierta sumar otra vida al Universo.
Las preñaron en primavera, pero el óvulo fecundado se rebeló al desarrollo hasta que la nieve y el frío empujaron a las osas a dormir, allá por el mes de noviembre.
En el sopor del cuerpo bien alimentado, el óvulo se agarró al útero para iniciar la gestación: corta y secreta. Algo que ocurre en otoños en los que llueven castañas y hayucos.
En estos días de enero han alumbrado ya al diminuto y caliente pedazo de vida, de sólo 300 gramos.
Lo primero que han percibido los oseznos es el olor a musgo, a yerba y a madre. Son “esbardos” que nacen salvajes, como todo lo que nace de un sueño, en un mundo civilizado.
Un mundo que también habla de osos pardos. Sabemos qué día se juzga a un cazador furtivo que los ha matado, o leemos que el peligro de extinción los amenaza.
Ahora nacen en Somiedo, es un hecho actual y extraordinario. Pero querer contarlo no es, tal vez, más que otro sueño.
Mónica Fernández-Aceytuno
Cambio 16
Semana del 29 de enero
al 4 de febrero de 1994