Buenas tardes Mónica:

Ya han llegado las golondrinas, (¿pero quién lo dice?). ¿Quizá alguien?.

Buenas tardes Mónica:

Ya han llegado las golondrinas, (¿pero quién lo dice?). ¿Quizá alguien?.

Estas avecillas me parecen las más delicadas, dulces y sensibles que se

mueven por el aire en todos los pueblos y grandes ciudades de la península.

En la gran ciudad se ven menos a no ser que tengan grandes parques para

respirar aire limpio y comer más ecológico. Sólo he visto nidos de

golondrinas en los aleros del museo del Prado. Se pueden confundir con los

vencejos,¡pero no!. Ellas parecen más distinguidas, más finas, tienen más

encanto. Cuando vuelan, se les ve tranquilas, sin prisa, canturreando, como

jugando, deslizándose en el cielo de un lado a otro para demostrar que

siempre están alegres.

Tienen en común con sus parientes, el pico-boca grande para atrapar con

facilidad los insectos voladores. No se elevan tanto para buscar el

sustento, dicen que a media altura también encuentran lo que les gusta.

Además, distribuyen su tiempo con pequeñas distracciones, cuando encuentran

un cable bien orientado a su gusto, se posan en él un ratito, canturrean y

observando el tráfico, los ruidos, la gente, etc..

Es un placer contemplarlas cuando planean para beber un sorbito de agua,

casi rozándola en vuelo raso, en un lago, pantano o piscina. A veces les

sorprende el PH o ciertas destilaciones del ser humano. En verano todo es

posible.

Sus tradiciones son verdaderamente sorprendentes. En parte porque vuelven al

mismo lugar del año anterior, al mismo pueblo, o porche o pajar o cuadra o

locales deshabitados…. También porque van al nido instalado en la misma

“colaña” del año anterior, al cual no hacen retoques o acaso muy pocos.

Construyen los nidos con bolitas de barro que transportan en su pico y los

pegan con su saliva. Por eso confían que les duren a veces hasta más de cien

años.

No sabemos quién hereda el pisito, a quién corresponderá el siguiente año,

si es a la misma pareja, a los progenitores, o a algún pariente de

confianza. Además es chocante que cuando instalan su nido en un local

suficientemente amplio, no quieren vecinos, como si fuese exclusivode ellos,

como si fuese heredado por ley, como si fuese un “juro”. Sin embargo, en el

exterior y en aleros de edificios, es de libre mercado, pueden estar todos

amontonados en fila sin dejar espacio libre, y sin peleas.

Todas las aves recién nacidas que he conocido, al darles un golpecito con

cuidado en el nido, estiran el cuello y abren el pico como un resorte.

Quiero decir que todas están ansiosas de llevarse rápidamente a la boca la

toma que les aportan los padres, porque siempre tienen hambre y siempre

abren el pico todas a la vez.

El nido de la golondrina tiene un tamaño parecido al espacio que ocupa una

tazón de leche con sopas de pan, como se hacía entonces. La puerta de

entrada al nido está siempre orientada hacia la salida de la habitación, y

es del tamaño de su inquilino. Cuando las crias nacen y empiezan a comer,

aparece por este agujero la cabeza de una de ellas esperando el desayuno

¿cuál de ellas ?, ¿la más hambrienta?, ¿la más lista?, ¿la primera que

nació?, Es un misterio en qué orden las alimentan los padres, porque si

siempre aparece la cabeza del más fuerte para recibir la comida los otros

morirían de inanición.¿No?. ¿O es una educación que le dan en la infancia a

las crias para respetarse?.

Como todas las aves migratorias, tienen que volver a sus paises donde tienen

que pasar el invierno en climas más suaves. Las Golondrinas atraviesan el

estrecho de Gibraltar formando grupos de un número determinado. Antes del

viaje se reunen en grandes cables de tendidos eléctricos u otros medios,

muy juntas, como muy apretadas. Quiero pensar que están cuchicheando,

comunicándose en qué pueblo o pais han pasado las vacaciones. Cuando las

veo pienso que se recomiendan unas a otras zonas de Europa donde hay

mosquitos tan descomunales que es una gozada engullirlos.

El paso del estrecho de Gibraltar es el último tramo que les queda desde la

Península, algunas veces se producen bajas por las tormentas imprevistas.

Cuando tienen esos contratiempos aprovechan el paso de algún barco ateridas

de frío, caladas de agua y se sujetan a sus cables para aguantar hasta las

costas africanas.

No obstante volverán a la Península el próximo año para animarnos y

canturrear volando y decirnos que han llegado, para ir a buscar sus nidos de

siempre y para anunciar con alegría que también está llegando la primavera y

que regresan como siempre lo han hecho para enamorarse y disfrutar de unas

vacaciones maravillosas.

No quiero omitir su arte musical, su canto suave sin estridencias, pegadizo

(se pega muy bien al oído) .Es como si cantaran siempre un estribillo, por

eso para no confundirse y para no cansarnos vuelven en seguida al “Da Capo”.

Además cuando la pareja está incubando no se cansa de dedicarle estribillo

para demostrar que le es fiel y para animarla a que tenga paciencia y espere

casi treinta días el nacimiento de sus pequeñas crías.

Parece que estas aves huelen bien, porque se les nota muy limpias, pulcras,

con las plumas siempre brillantes. Sobre todo su colita en forma de “V” es

de una finura especial. Para demostrar su coquetería quizá pasan de vez en

cuando por un SPA.

Al iniciar los vuelos del día y en zonas con plantaciones de vides da la

impresión de que están aceleradas buscando algo, creo que es el minuto justo

de la mañana, cuando la flor de la vid emana el aroma más intenso y

embriagador que existe en la naturaleza. ¿Será verdad que es eso lo que

buscan?. Será que revoloteando en el aire consigan la sensación apasionante

del aroma en el “minuto justo” del amanecer?.

Un cordial saludo;

Jerónimo

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