12:14h Si hay algo que me impresiona es mirar la palma regordeta de la mano de un sapo partero porque, aunque tenga cuatro dedos pequeños y tres abultados tubérculos, hay algo en ella que me recuerda a nuestra mano.
En Madrid, sobrevolando la Plaza Mayor, cuyos puestos de figuritas ya estaban desmontando para dejar paso a la Cabalgata de Reyes, cruzaron bandos numerosísimos de gaviotas.
Pilar López
En primer lugar, Feliz Año Nuevo a todos los seguidores de esta web de naturaleza.
Alguien comentó en una red social las primeras aves que había visto al comenzar el año. Al salir de casa ese mismo día hice yo lo propio, y lo primero que vi fue una pareja de gorriones sobre el asfalto mojado disputándose un trozo de pan. Ya montados en el coche, y sobre el quitamiedos de la autovía, observé a un Colirrojo Tizón con su típico movimiento de cola, y cruzó la carretera un Mirlo Común.
En Madrid, sobrevolando la Plaza Mayor, cuyos puestos de figuritas ya estaban desmontando para dejar paso a la Cabalgata de Reyes, cruzaron bandos numerosísimos de gaviotas, que supuse reidoras, aunque no lo puedo asegurar pues el día estaba gris y lluvioso, y el cielo muy oscuro.
Cambiando de tema, hablábamos en casa con mi padre de los cestos de esparto que habíamos visto en el escaparate de una tienda de Madrid, y que antiguamente se hacían muchos enseres con esta fibra natural, como aguaderas que se colgaban de los animales de carga y que si se sabían cuidar protegiéndolas del sol y de la humedad, podían durar toda la vida. Me acordé del cesto de avellano para la leña que contaba Mónica en una crónica.
Mi tío abuelo Emilio, que era muy mañoso, estaba siempre haciendo “tomiza”, que es la trenza que se hace con esparto y sirve de base para fabricar luego los enseres de este material. Propongo esta palabra para el diccionario de la naturaleza.
Un abrazo y feliz noche de Reyes Magos.
Pilar López