8:40 h El sábado pasado compré un kilo de zamburiñas a buen precio, lo cual quiere decir que están en sazón como las vieiras, esos otros pectínidos más grandes que llevan para beber los peregrinos del Camino de Santiago.
Estos días en el norte de Islandia mi intención principal es ver al zorro ártico que entre verdad y mentira cuentan que algunos granjeros tienen domesticado, aunque a mí me cuesta creerlo.
Carlos Bernier
Estos días en el norte de Islandia mi intención principal es ver al zorro ártico que entre verdad y mentira cuentan que algunos granjeros tienen domesticado,aunque a mí me cuesta creerlo.Pero solo he encontrado estas huellas de la foto, que no sé si podría identificar alguien. ¿Podrían ser las de un oso?, a la izquierda posiblemente la de un pequeño ungulado y a la derecha algo desdibujada la de mi pie, da idea de su tamaño aproximado a la de un humano.
Alguien me pregunta si sentí miedo al encontrarlas. Era una mañana muy clara y me quedé muy quieto y en silencio y sentí cualquier cosa menos miedo.
En las huellas hay un paralelismo como si se hubiese detenido, dice esta persona con guasa que a escuchar mis pisadas.
A veces llegan a Islandia osos polares navegando desde Antártida sobre trozos desgajados de Icebergs con la corriente Este, existen registros de avistamientos desde el siglo XI, cuando se ve alguno alguien sale a su caza pues llegan después de su deriva marítima hambrientos y son muy peligrosos.
Me llevó hasta el lugar una simpática pareja de golfistas pues cerca hay un campo, fueron increíblemente amables y generosos y después de charlar un poco se ofrecieron a traerme de vuelta, el señor era miembro del board del club de golf y parecía esa clase de persona que levanta el teléfono y se le pone el ministro del interior. Me hubiese gustado enseñarle la foto del amigo desconocido que merodea por su campo pero a la hora de nuestra cita avergonzó mi comodonería y actitud interesada y crucé de lado a esperar el autobús.
He de decir que los trozos de hielo en las orillas ,suenan como cristal fino dentro de porcelana…
Un saludo,
Carlos
Carlos Bernier