No es que este bosque fuera un sueño; es que se diría que todo el quejigar soñaba que siempre es otoño.

Mónica Fernández-Aceytuno

No es que este bosque fuera un sueño; es que se diría que todo el quejigar soñaba que siempre es otoño.

Mónica Fernández-Aceytuno

No es que este bosque fuera un sueño; es que se diría que todo el quejigar soñaba que siempre es otoño.

Hará dentro de poco un año, que estuve en este maravilloso quejigar de la provincia de Guadalajara…

A mediodía hizo más frío que a primera hora de la mañana, al bajar de pronto la temperatura, y ponerse como una boina blanca y negra la nieve a punto de caer sobre nuestras cabezas, que es cuando hace más frío porque todo suele ser más cuando va a suceder, y no cuando ya ha sucedido. Esta suerte de espera del porvenir, es lo más helador que existe; no ya lo que está, sino lo que puede, o no, pasar. La incertidumbre, es tan fría como una de estas nubes heladas en el cielo.

De pronto, un galope de caballo.
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Buen día,

Mónica

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