A este limonium, Limonium vulgare, se le llama espantazorras, además de lavanda marina, por ahuyentar a las polillas.

Mónica Fernández-Aceytuno

A este limonium, Limonium vulgare, se le llama espantazorras, además de lavanda marina, por ahuyentar a las polillas.

Mónica Fernández-Aceytuno

Es la segunda vez que observo en su hábitat al limonium, y siempre me quedo asombrada por haberlo visto hasta ahora sólo en las floristerías, o en los cubos azules con agua que llevan al mercado de la plaza de Betanzos las señoras que los venden.

La primera vez fue en Carnota, y la última en la marisma de Betanzos, pero en un lugar muy parecido, entre la arena que bebe tanto del mar como del río, por lo que de esta planta también se dice que es psamófila, denominación que tampoco había escuchado hasta ahora, es decir: que vive entre la arena.

Al espantar las polillas recibe el nombre vulgar de lavanda marina, pero desconozco el por qué de su otra y curiosa denominación: espantazorras.

Lo que sí está claro es que no soporta suelos contaminados y eso es quizás lo que más nos atrae: no sólo las flores, sino la pureza de lo que estamos, como si se nos hubiera otorgado un gran privilegio, observando.

Buen día,

Mónica

FOTO: Limonium vulgare (Septiembre, 2013)

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