Sucede igual cuando aparecen fósiles de animales marinos tierra adentro, de cuando ahí, había mar.

Mónica Fernández-Aceytuno

Sucede igual cuando aparecen fósiles de animales marinos tierra adentro, de cuando ahí, había mar.

Mónica Fernández-Aceytuno

Siento curiosidad por saber si las flores que observé en la Rioja y que me recordaron a las armerias marítimas de los acantilados, son también armerias.

Sucede igual cuando aparecen fósiles de animales marinos tierra adentro, de cuando ahí, había mar. A la abuela de uno de mis cuñados, que vivió en una finca en el campo de Zamora que se extendía por un valle alrededor del río y que acababa de pronto, abruptamente, en unas cárcavas donde anidaban los abejarucos, le gustaba decir: “Fíjate, hasta aquí llegó el mar”, como si las cárcavas fueran los restos de un acantilado.

Me pregunto si estas flores son fósiles vivientes, testigos de lo que decía Pilar, la abuela de Vicente, tan de tierra adentro: “Hasta aquí llegó el mar”.

Buen día,

Mónica

Siguiente Post:
Post anterior:
Este artículo lo ha escrito

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.