Cuando deshierbo de esta manera tengo la impresión de que a la tierra, no le importa nada.

Mónica Fernández-Aceytuno

Cuando deshierbo de esta manera tengo la impresión de que a la tierra, no le importa nada.

Mónica Fernández-Aceytuno

Os he prometido traeros labores del campo estos días, aunque me sigue dando vergüenza hacer fotos a mis vecinos, o pedirles que posen para mí, por lo que me está resultando tan difícil como siempre.

Esta foto es de una escena habitual, que es cuando llevan la mochila para fumigar la patatas que se ven al fondo de la imagen, ya muy crecidas, con sus primeras flores blancas. Dicen que si no se hace, se pierden, pero prefiero el campo de trigo que ha sembrado el carpintero, sin química, como se suele decir por aquí cuando no se trata con herbicidas la tierra, y está el trigal que da gusto verlo. En cuanto amanezca, expondré alguna foto.

Perdonar mi ausencia, pero es que pasé casi todo el día de ayer desherbando, que es un verbo que me encanta, porque es quitar a mano las hierbas, sin dañar la tierra. En mi caso, deshierbo los caminos de la casa mientras Antonio, también a mano, deshierba su maizal.

Cuando deshierbo de esta manera tengo la impresión de que a la tierra, no le importa nada.

Buen día,

Mónica

Fotos, como ya he comentado, casi no tengo, pero palabras, muchísimas sobre el campo como este artículo titulado EL GUARDIAN DEL EL CENTENO

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