Si ayer nos llamaba la atención el rojo de coral de las patas del martín pescador, hoy, en este día de la Tierra, nos fijamos en los ojos del abejaruco, también de un
Crónica y foto de Tatiana
El dicho cobra fuerza ante esta brutal agresión a la naturaleza y a la sensibilidad. Amores de “humanos” que matan lo que no hace sino proporcionar placer, armonía, equilibrio, sombra fresca en verano, compañía en la ruidosa ciudad.
Pero eso es lo de menos, se trata de dejar huella del paso del “Homo…¿sapiens?”
¡Qué pena!
Saludos,
Tatiana.
