Las setas, según se arrancan, empiezan a añorar la humedad de su umbría.
MF-A
MF-A
Al principio, quería creer que era niebla, pero al bajar del coche, el olor no ofrecía ninguna duda: era el humo desembocando con el río.
AUTORA: Mónica Fernández-Aceytuno
www.aceytuno.com