Las lluvias caídas en este otoño han permitido que los suelos de pastizales, bosques y dehesas se revistieran de verde clorofila.
Isabel
Isabel
Y escribe el lector:
“Distraído con la búsqueda de árboles singulares, no me había dado cuenta de que en mi calle ya habían florecido las acacias, que todavía conservan las legumbres del año pasado.
De niño, en Madrid, donde hasta mayo no florecen, a sus flores las llamábamos ‘panyquesillo’. Nos gustaba su saborcillo dulce.”
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