Si este ejemplar, habiéndose escondido hasta un minuto dentro de la oreja del león de piedra, no duerme dentro, dónde descansa? ¿También en el aire?
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Resulta curioso observar estos días, las semillas de las acacias sobre el pavimento de las aceras. Están medio rotas. Hasta para las palomas, cuesta pelar estas legumbres. No son como las legumbres de las habas o los guisantes, que se abren en dos vainas con cierta facilidad, sino que, al estar escotadas en varios tramos, la vaina estrangula a la semilla, y no se abre tan facilmente. De ahi que en las aceras, veamos estas legumbres de un amarillo un poco desvaído y verdoso, medio rotas, a medio comer por las palomas.
Y hoy podemos ver a una torcaz de Madrid, comiendo las semillas de las acacias en el barrio de Salamanca, gracias a la amabilidad de un lector que nos ha enviado esta foto, en la que se aprecia con claridad la singular forma que tiene el fruto en legumbre de la acacia.
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