Ahora mientras escribo esta crónica, lo tengo cerca de mi, esperando a que sea trasladado a un centro de recuperación, y me mira con sus bellos ojos anaranjados. (Crónica de Juan Carlos Delgado Expósito desde Fregenal de la Sierra)

Ahora mientras escribo esta crónica, lo tengo cerca de mi, esperando a que sea trasladado a un centro de recuperación, y me mira con sus bellos ojos anaranjados. (Crónica de Juan Carlos Delgado Expósito desde Fregenal de la Sierra)

EL BÚHO REAL

JUAN CARLOS DELGADO EXPÓSITO

No se si recordarán, que en el mes de Junio escribía una crónica titulada “El búho real y el galápago”. En aquella crónica les conté que un búho real había muerto electrocutado en un transformador de electricidad, pues hoy día siete de diciembre, unos vecinos de Fregenal me avisan que han visto un búho al pie del mismo transformador, pero en este caso vivo; así que me dirijo hacía el lugar y efectivamente allí se encuentra el gran duque, como también se conoce al búho real, agazapado al pie de un muro de roca y bajo su fatal enemigo. Me acerco con cautela y una vez que lo tengo en mis manos compruebo que una descarga eléctrica le ha dañado los dedos y tiene ambas manos inutilizadas, además su cola también aparece quemada como consecuencia del accidente.

Los búhos reales en Extremadura son relativamente frecuentes, nidifican especialmente en grandes roquedos y los problemas a los que tienen que enfrentarse son todos relacionados con la actividad humana. En los últimos años he encontrado búhos reales que han sido disparados por furtivos sin escrúpulos, otros enganchados en alambradas de espinos, les aseguro que este es un espectáculo muy lamentable y escabroso, ver a esta ave tan bella y majestuosa colgando de un alambre de espino por una de sus alas, no pueden imaginar la impresión. Y últimamente los que han caído como consecuencia de los tendidos eléctricos.

Sin duda nos encontramos ante una de las aves más fascinantes de nuestra avifauna, esta rapaz nocturna que ya está en celo, que ahora emite sus reclamos en la oscuridad de la noche, un reclamo que deja oír para que las hembras y sus posibles rivales, otros búhos, sepan que anda por allí, entre las grandes encinas, entre los roquedos que se recortan sobre el oscuro horizonte, aguardando para procrear, para perpetuarse, para seguir siendo el gran búho, siempre y cuando las actividades humanas y nuestras comodidades se lo permitan. Ahora mientras escribo esta crónica, lo tengo cerca de mi, esperando a que sea trasladado a un centro de recuperación, y me mira con sus bellos ojos anaranjados, pensando quizá porque los intereses del hombre y los de las aves tienen que acarrear tan malas consecuencias, siempre en contra de ellos. Pero en esta ocasión yo lo miro y sin hablar le hago saber que por esta vez se ha salvado y le hago saber que algunos humanos seguiremos estando ahí, al lado de ellos para echarles una mano, porque su belleza nos ha cautivado.

Juan Carlos Delgado Expósito.

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COMPLACIENTE MESALINA, POR MANU ESTEVE

Y hoy en ABC:

OLIVOS

Como si el hueso de las olivas les pesara igual que una piedra, se inclinan ahora hacia el suelo, plateadas, humildes y satisfechas, las ramas de los olivos. Están los frutos deseando caer, y empezar de nuevo en la tierra.

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Por cierto: ¿Sabe alguien qué nombre reciben las ramas de los olivos? Sé que se llama hojín y ramón a las hojas y ramas que caen tras el vareo, o como dice el DRAE:Ramón: “m. Ramaje que resulta de la poda de los olivos y otros árboles”. Pero ¿y las ramas del olivo que no han caído? ¿hay algún nombre para ellas?

Que pasen un buen día,

Mónica Fernández-Aceytuno

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