Al mastín, se le cría primero con las vacas o con las ovejas que va a cuidar, y al crecer entre ellas, no las abandona por la noche, cuando se quedan en el pasto solos perro y ganado sin ni siquiera un pastor eléctrico que los proteja de los ataques nocturnos de los lobos.
Este programa, según su responsable, Juan Carlos Blanco, está funcionando bien en Castilla y León, pues los mastines siempre han defendido de los lobos al ganado, y ahora se recupera esta práctica pues las poblaciones de lobo, al norte del Duero, siguen siendo abundantes.
La última vez que Juan Carlos Blanco vio un lobo en persona fue hace unas semanas, en Segovia, entre pinares, al amanecer, un ejemplar solitario. Tan de lejos que ni siquiera se dió cuenta el lobo de que había alguien,también sólo, mirándole.
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