Donde otros años había grandes bandos, este otoño hay tan solo pequeños grupos familiares, tres o cuatro grullas muy cerca de la carretera.

Donde otros años había grandes bandos, este otoño hay tan solo pequeños grupos familiares, tres o cuatro grullas muy cerca de la carretera.

Donde otros años había grandes bandos, este otoño hay tan solo pequeños grupos familiares, tres o cuatro grullas muy cerca de la carretera.

Pilar López

(NOTA: Pinchando sobre la fotografía se ven las grullas en el centro.)

SEQUÍA

En verdad está siendo pertinaz esta sequía y no hay cosa que más me duela que ver los campos con el pasto aún seco del último verano, o la hierba rala que ha crecido en los sembrados. Una de las muchas cosas buenas que tiene esta tierra es que es muy agradecida y la hierba brota enseguida con unas pocas gotas de lluvia. Cuando paso por las mañanas cerca de las dehesas, veo algunas grullas alimentándose entre los sembrados, picando los restos de grano que hayan quedado después de la cosecha. Donde otros años había grandes bandos, este otoño hay tan solo pequeños grupos familiares, tres o cuatro grullas muy cerca de la carretera. Son muy bellas estas aves, y elegantes. Un compañero me ha contado que se han concentrado por miles en la zona de Madrigalejo, donde los regadíos del Guadiana han dejado mucho arroz, y maíz. En cuanto tenga un hueco quiero ir a Guadalupe, a ver a la morenita, pero dando un buen rodeo para ver también a las grullas. Y olvidarme un poco de que no cae una gota de agua sobre esta tierra que tanto lo necesita.

Un cordial saludo.

Pilar López.

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