No me gustan los zoos, pero reconozco que disfruto enormemente viendo los animales salvajes tan cerca, casi se les puede tocar.

No me gustan los zoos, pero reconozco que disfruto enormemente viendo los animales salvajes tan cerca, casi se les puede tocar.

No me gustan los zoos, pero reconozco que disfruto enormemente viendo los animales salvajes tan cerca, casi se les puede tocar. Es posible que nunca pueda ver algunos de ellos en su hábitat natural. El ocelote, el lince rojo, el león asiático, el bisonte europeo, el oryx de Arabia, el ibis eremita.

Pilar López

EL SUR

Ha sido un acierto bajarse al sur. Días de sol y calor como si fuera otra vez verano, un paseo por la playa mojándonos los pies con el agua templada de la bahía, las gaviotas volando al atardecer, la brisa fresca en la cara. Parece increíble que estemos a mediados de octubre.

No me gustan los zoos, pero reconozco que disfruto enormemente viendo los animales salvajes tan cerca, casi se les puede tocar. Es posible que nunca pueda ver algunos de ellos en su hábitat natural. El ocelote, el lince rojo, el león asiático, el bisonte europeo, el oryx de Arabia, el ibis eremita. También los zoos cumplen una misión importante y es la de la educación ambiental, el transmitir a los niños el respeto hacia los animales.

¡Cómo han disfrutado! Viendo a las nutrias que no paraban de jugar, a la pequeña cría del puercoespín mamando, al panda rojo que parece un osito de peluche, a los monos con sus acrobacias.

Para mí es una contradicción, prefiero que los animales vivan en libertad, pero pasé un magnífico día en el zoo de Jerez.

Un cordial saludo.

Pilar López.

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