Dos meses antes que el año pasado he podido fotografiar a esta gran oruga, la larva de Acherontia atropos. Está alimentándose de las hojas de un plantón de dos años de olivo picual. A pesar de la gran cantidad de hojas que una de estas orugas puede llegar a comer, hay tan pocas que los daños que causan son prácticamente inapreciables. Si su barra libre está situada en un olivo muy jóven, como es el caso del de la foto, podrían llegar a defoliarlo pero su instinto les hace cambiar de huésped para no quedar expuestos a la vista de sus enemigos.
Un abrazo. Joaquín
Este artículo lo ha escrito
Post relacionados
10:59
Nunca había visto tantas estrellas de mar en el puerto como ayer por la mañana, en la bajamar, con el agua más turbia que de costumbre.
Lo último que esperas en Versalles es que no puedas abrir la ventana del hotel con las luces encendidas porque entran los mosquitos como en una aldea.
MF-A
El suelo de esta dehesa es pura piedra. Y muy caliza.