BAMBÚ

EL BAMBÚ DEL AEROPUERTO

El techo de la recién estrenada Terminal de Barajas, es de bambú, que no es un árbol sino la hierba que crece a más velocidad del mundo.

Cuando salen los turiones, que son esos vástagos del bambú que emergen de la tierra, pueden llegar a crecer un metro en sólo unas horas, treinta metros en un mes y medio. La hierba de acero, llaman al bambú por su resistencia. Y no es más que una gramínea, como la avena o el trigo, llena de misterio. Dicen que representa las mejores virtudes del hombre: la flexibilidad y la constancia. Sus semillas, son las más bonitas que he visto en la vida: con forma de frambuesa, el color de la madera, y el tamaño y el sonido de un sonajero. Cuenta Miguel Delibes de Castro en «Vida» que en China los bambúes no florecen hasta pasados al menos treinta años y, entonces, todos juntos, repentinamente, mueren.

Como si lo que llevara dentro se reflejara afuera, las curvas del techo de la nueva T4, recuerdan vistas de lejos a los hombros de un pájaro cuando vuela, o al movimiento ondulado de un bosque de bambúes antes de dar sus primeras y últimas flores.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC, 6-2-2006

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