Al llegar la noche, desciende al fondo para enterrarse como si se echara por encima, para dormir, una sábana de arena.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Todavía no ha amanecido en París.
La foto es de anoche, cuando aún no se habían apagado todas las luces y estaba como ahora, de madrugada, todo el patio ajardinado oscuro, con una luz encendida en una de las buhardillas, bajo tejado de cinc, de enfrente.
Siempre hay alguien que no duerme.
¿Cómo es posible dormir en París con una ciudad tan hermosa ahí fuera?
Estoy deseando que llegue el día.
Saludos,
Mónica
Mónica Fernández-Aceytuno