Es la bisbita una de esas aves que no dice nada, parda, pero limpia al mismo tiempo; se diría que sobre un plumaje claro, le hubieran ido cayendo motas de barro, pero en vez de hacerlo de manera desordenada, alguien se las hubiera pintado, como

La sombra que el todavía dormido paraguayo arroja sobre el suelo parece como si fuera su reflejo en un espejo.
Joaquín
Los peruanos Giovana y Gustavo han vertido al pie del paraguayo las cenizas de la chimenea. Tengo que preguntarles si han leído las Geórgicas. Es una delicia leer a Virgilio en la magnífica traducción de Fray Luis: “…El continuo/ uso trocando, ansí, pues, se aligera,/ con tal que sin empacho ni recelo/ hartes de estiércol grueso el flaco suelo./ De estiércol y ceniza torpe, inmundo,/ esparce largo el campo adelgazado/ que ansí y mudando esquilmo se fecunda/ la tierra…” Menuda lección de agricultura.
La sombra que el todavía dormido paraguayo arroja sobre el suelo parece como si fuera su reflejo en un espejo.
Un abrazo. Joaquín
Joaquín