VIÑEDOS

ACTUALIDAD NATURAL

MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO

ABC, Lunes 25-9-2000

LA DISCULPA DEL VIÑEDO

Hace días que las palomas torcaces no zurean, sólo se van volando cuando llegan de mañana los vendimiadores. Según Juan Antonio Bonilla, casi doscientos mil kilos de racimos llevan ya recogidos en los viñedos del Contino, en la rioja alavesa, donde ayer, domingo, vendimiaron envueltos en un poco de neblina del Ebro mientras se comían las uvas los primeros estorninos pintos.

De estos pájaros se cuentan sólo unos pocos si las hojas de las viñas están aún verdes, pero cuando las pámpanas descubran dentro de unas semanas los rojos y amarillos que dan al aire esa luz que sólo existe donde hay viñedos, los estorninos serán ya miles volando como uno sólo, el nubarrón más negro del cielo, catarata de plumas y de cantos que caerá sobre las racimas: las uvas que salen de las segundas flores de la primavera.

El estornino es capaz de imitar, en una misma estrofa, varios ruidos: desde el cacarear de una gallina al silbido de un vendimiador, y hasta los quejidos de los cestos llenos de racimos. Pero el sonido más singular que se oirá hoy en los campos, será el de las torcaces mudas cuando, al levantar el vuelo, tras robar unas uvas, den esos aletazos que parecen en el aire el rumor de una disculpa.

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