pedrera.

f. En los Pirineos tipo de terreno cubierto de piedras, en ocasiones despezadas por la erosión, sobre el que resulta difícil transitar.

Dicen Ruiz y Palazón, expertos en carnívoros, que no es la primera vez que pasa esto, que no es el primer año que el armiño está fuera de tono con la nieve caída en el pirineo leridano. A veces ocurre todo lo contrario. Cuando todavía no ha caído un solo copo de nieve y ni siquiera hace mucho frío, el armiño se mueve por las pedreras vestido de blanco, como quien no sabe muy bien qué ponerse y, al final, se equivoca. Claro, que acertar en la muda y la decoloración del pardo al blanco en el armiño es casi tan complicado como elegir el momento de guardar la ropa de verano.Porque es la luz, el número de horas de luz – el fotoperiodo- el factor que más influye en la muda, y no el tiempo, que para la vida siempre estuvo loco. En los próximos días se inicia el paso al albinismo que en algunos casos es muy rápido- 70 horas- aunque el mechón final de la cola, negro, se rebela siempre a tanto cambio. Del armiño – Mustela erminea – habría que contar otras cosas: que las hembras son muy precoces y, en ocasiones, se quedan preñadas en el nido, antes de haber sido destetadas, antes de abrir los ojos; que en Asturias las gentes del campo apenas lo distinguen de la comadreja, aunque sea más grande; y que ayer, cazando, con el cuerpo vestido de verano, los armiños hicieron en la nieve blanda caminos llenos de indecisiones.

Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, viernes 17-10-1997

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