molturar.

Moler frutos.

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Para amortiguar su caída, se le pone, a modo de paracaídas desplegado, blanco como el velo de una novia, una tela por debajo para que no sufra y llegue la aceituna a la almazara con el andar de un poeta de manera que no toque jamás el suelo para molturarla de inmediato, no vaya a ser que caiga en la cuenta de que ya no está en la rama de su árbol, ni en el olivar, y se atroje la aceituna de pena.

Mónica Fernández-Aceytuno
“El país de los pájaros que duermen en el aire”
Editorial Espasa

Sierra Mágina / Aceytuno

Sierra Mágina / Aceytuno

Envero de las aceitunas en un olivo de Jaén / Aceytuno

Envero de las aceitunas en un olivo de Jaén / Aceytuno

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