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“Cuando el sol en estos días es cubierto por las nubes y de pronto aparece, aquí se dice que da “candilazos” y resulta que cuando el sol da esos candilazos, al poco llueve.”

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“Cuando el sol en estos días es cubierto por las nubes y de pronto aparece, aquí se dice que da “candilazos” y resulta que cuando el sol da esos candilazos, al poco llueve.”

“Cuando el sol en estos días es cubierto por las nubes y de pronto aparece, aquí se dice que da “candilazos” y resulta que cuando el sol da esos candilazos, al poco llueve.”

LA FEIJOA FLORECIDA

Hoy de nuevo sopla viento del Oeste, caen pequeños chaparrones de vez en cuando, el cielo está cubierto de nubes blancas y de nubes negras, el sol aparece y desaparece como por arte de magia; cuando el sol en estos días es cubierto por las nubes y de pronto aparece, aquí se dice que da “candilazos” y resulta que cuando el sol da esos candilazos, al poco llueve. Pero eso no parece importarles a las aves, gorriones y estorninos especialmente, que acuden a ponerse ciegas de moras, en las moreras del jardín de “La Palma” en Fregenal de la Sierra. Una familia de verdecillos se mueve nerviosa y ruidosa entre la vegetación del jardín.

Los vencejos, el ave que duerme en el aire, entran y salen de los huecos de las palmeras canarias centenarias, donde están sacando adelante a su pollada.

Plantas como la Fotinia muestran sus hojas de un verde lustroso, en el joven almez destacan ya sus nuevas hojas de un verde más claro que las viejas. Un mirlo picotea en el césped mojado por el chaparrón de hace un rato. El Prunus de Pichardii pone la nota de color morado de sus hojas entre tanto verde. Una grajilla se posa en las ramas de un cedro, pero se marcha de inmediato, puede que no le guste el panorama.

Pero hoy a pesar del mal o buen tiempo, según como se mire, hay un árbol que llama mi atención, es la Feijoa o Guayabo del Brasil, este se encuentra florecido, el arbolillo que hay en este jardín es el único que conozco yo por estos contornos. Durante una gran nevada en el año dos mil seis, el peso de la nieve desgarró su tronco principal, pero se pudieron salvar dos grandes resalvos o mamones, que salían del tronco y hoy está totalmente recuperado.

Es una especie procedente de América Tropical, especialmente del Norte de Argentina y de Brasil, de ahí su nombre. En la fotografía pueden observar las flores de este bello árbol o arbolillo, pues no suele superar los seis metros de altura, el ejemplar de Fregenal mide unos cuatro metros.

Llega otro chaparrón como ya indicaba el “candilazo” del sol, pero es poco intenso. Una Altea enseña tímidamente dos flores lilas. Un perro de un dueño incívico hace sus necesidades en el césped y una señora que pasa lo mira, al dueño del perro, con mala cara.

Llega la prensa al quiosco y algunos viciosos de la lectura acudimos con impaciencia, a ver qué nos cuentan hoy sábado.

Juan Carlos Delgado Expósito

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