8:58 del Lunes 9 de Febrero de 2009

Buenos días. Aunque se ha anunciado otro vendaval, de momento hay calma e incluso diría yo que hace más calor que otros días. Y esta noche, habrá luna llena, aunque no la veamos ente las nubes y el viento.

Buenos días. Aunque se ha anunciado otro vendaval, de momento hay calma e incluso diría yo que hace más calor que otros días. Y esta noche, habrá luna llena, aunque no la veamos ente las nubes y el viento.

Y sin embargo, yo creo que, al igual que los campesinos, la luna influye no sólo en los cultivos, sino en todas las plantas. Y así, los sauces blancos florecen en febrero, empujados, como una marea, no sólo por el sol, sino también por la luna.

Cuando ves de lejos un sauce blanco florecido, te crees que se trata de las hojas, por el verdor claro de sus inflorescencias, pero luego, al acercarte, te das cuenta de que no son hojas, sino flores masculinas o femeninas, según el pie de árbol.

Esta rama, la cual fotografié ayer por la mañana, es la de un sauce blanco femenino, y a su alrededor no había ni un solo pie masculino, tal es la confianza que tienen estas plantas en el viento, que es la forma de diseminación más primitiva y menos eficaz, por la cantidad de polen que es necesario para tener éxito reproductivo.

Si alguien atrapara con una red muy fina lo que llevará esta tarde el viento, se encontraría con los primeros y microscópicos granos de polen de sauce blanco.

También las estacas de sauce que se clavan en la tierra y se usan para delimitar las fincas, en esas cuatro o cinco ramitas que echaron al notar de nuevo el contacto con la tierra, han florecido.

Feliz día y hasta mañana,

Mónica Fernández-Aceytuno

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