12:57 Así estaba ayer a las dos de la tarde, con sus témpanos de hielo a la deriva, el río San Lorenzo, cuando sobrevolé Montreal a 38.000 pies de altura.

12:57 Así estaba ayer a las dos de la tarde, con sus témpanos de hielo a la deriva, el río San Lorenzo, cuando sobrevolé Montreal a 38.000 pies de altura.

12:58 Sólo lo que estaba cubierto de árboles, no se veía blanco. Esto es, que por donde la nieve había conseguido colarse para cubrir la tierra, aparecía el negruzco, de un gris muy oscuro, de las ramas desnudas de los árboles.

Y en el valle que hay junto al río San Lorenzo, donde se apreciaban las cudrículas de los campos sembrados, ahora blancos, se divisaba tambíén desde la alto, unas líneas sinuosas y grises, que se correspondían, imagino, con los árboles de galería deshojados que acompañaban a morir por la ribera hasta el San Lorenzo a los afluentes.

Es curioso, porque el dibujo que hacían estos bosques que siguen a los ríos, dibujaban, sobre los campos blancos, otra suerte de árboles, de ramas negras y sin hojas, como para que los viera alguien desde lo alto.

Desde Chicago, aún de noche, feliz día y hasta mañana,

Mónica Fernández-Aceytuno

NULL

Siguiente Post:
Post anterior:
Este artículo lo ha escrito

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.