Ayer pudimos ver hasta dónde se comió a bocados el océano la escalera que bajaba a la playa.
Miraba la cigüeña fijamente el suelo como las garzas el agua.
Mónica Fernández-Aceytuno
El sábado por la mañana fotografié a esta cigüeña en Oropesa, Toledo, en un campo de avena.
Miraba fijamente el suelo como las garzas el agua.
Tienen una forma de avanzar parecida, con la cabeza por delante, yendo luego, como con pereza, el cuerpo detrás de donde señala el pico.
Pero mientras la garza ensarta la pieza como si el pico fuera una espada, la cigüeña la apresa haciendo una pinza, para luego tragarla, o al menos eso me pareció observar de lejos, sin poder distinguir sus presas.
Me gusta ver a la cigüeña alejada de los pueblos, anidando en los álamos desmochados donde los cigoñinos, poco acostumbrados a la gente, se esconden, agazapados, cuando paso caminando.
Buen día,
Mónica
A Terín le resbala el sol por el pelo, de tan liso como lo tiene. Los ojos, enjaulados entre mechas blancas y negras, le brillan tanto como las crenchas, si le preguntas por los pájaros y sus nidos…Leer más de “EL ECO DEL PARAÍSO” en la hemeroteca de ABC
Mónica Fernández-Aceytuno