Hay flores como la amapola o la aquilegia que se yerguen justo antes de abrise.

Mónica Fernández-Aceytuno

Hay flores como la amapola o la aquilegia que se yerguen justo antes de abrise.

Mónica Fernández-Aceytuno

No sé si os habéis fijado pero están los barbechos llenos de amapolas.

De lejos, parecen tierras sin cultivar rojas, pero a medida que el paisaje se acerca a los ojos descubres que son flores, campos enteros de amapolas, por lo cual me pregunto: ¿recibirán estos campos rojos algún nombre?

Aunque no tienen nada que ver las amapolas con las aquilegias, me di cuenta hace unas semanas que se parecen en una cosa: y es que justo antes de abrirse, se yerguen tras haber permanecido cabizbajas, como esta aquilegia vulgar que fotografié a la orilla del río hace unas semanas y que, al contrario de cuando se abre, permanece con las “garras” de águila, que le dan el nombre de aquilegia, hacia arriba, y la flor abajo.

Una suerte de dignidad, si es que una flor puede tenerla.

Buen fin de semana a todos,

Mónica Fernández-Aceytuno

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