Al igual que las flores de los castaños de Indias en primavera, también las flores del madroño, como estas que fotografié ayer en su rama mientras los frutos, forrajeados por las aves, estaban casi todos por el suelo, poseen el mecanismo denominado por los científicos como “honestidad del reclamo”.
Según nos contó en una ocasión el investigador Juan Carlos Brage, los filamentos de las anteras de las flores del madroño tienen unos compuesto fenólicos capaces de dar brillo con luz UV, de tal manera que capta con más éxito la atención visual de los insectos compitiendo con flores más vistosas y olorosas como las de los nísperos.
Pero también, cuando se le agota el néctar, cambia la flor de color, hacia tonos más rojizos por la oxidación de los compuestos fenólicos en la flor del madroño, para avisar al insecto de que no pierda el tiempo, y vaya a otra flor.
Honestidad del reclamo, llaman a esto los científicos.
Esta misma honestidad también se da en primavera en la flor del castaño de Indias.
Buen día,
Mónica
Mónica Fernández-Aceytuno