Me acabo de encontran con un artículo que ya no recordaba en el que comparo las varas del saúco con el túnel que hace un poliqueto sobre la superfice de las caracolas marinas. Me voy al mar.
Mónica Fernández-Aceytuno
Para que no se le escape ni una gota de luz, la inflorescencia del sáuco, es una umbela.
Este saúco lo fotografié al sol de ayer y, ahora, buscando lo que sobre estas varas del saúco había escrito, por ser huecas como un catalejo, y también sobre Antonio, el de los cestos, que me regaló estas varas para que protegiera la casa, pues dicen que las hadas de los cuentos usaban varitas mágicas de saúco, me acabo de encontran con un artículo que ya no recordaba en el que comparo las varas del saúco con el túnel que hace un poliqueto sobre la superfice de las caracolas marinas.
Dejo aquí el artículo.
Me voy al mar.
Hasta la tarde y buena mañana a todos,
Mónica
A mis manos llegó una piedra que trajo una ola el viernes por la tarde. Sobre la parte más lisa de la piedra, se veía un rastro blanco, calcáreo, endurecido, que parecía un pequeñísimo lazo deshecho. Ese día entró una niebla que no dejaba divisar las aves y me pareció que toda la vida de la playa se concentraba en ese rastro blanco, en algo tan corriente que incluso se observa en cualquier tasca donde se pide unos mejillones al vapor, pues sobre sus cáscaras negras se puede ver esto que cuento: una suerte de cordón para envolver pero hueco como una vara de saúco, blanco como una casa encalada, y sinuoso como un túnel hecho para que los pasajeros de un tren se mareen. Si se toca por encima…Leer más del Fondo de Artículos UN RASTRO BLANCO
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Mónica Fernández-Aceytuno