Ya cuando nos acercábamos con el coche, vi sobre las alambradas un macho de collalba rubia, el campo estaba lleno de amapolas y de otras flores que crecen en los caminos,

Por aquí, por tierras cacereñas, las dehesas están así, infinitamente florecidas.
Por aquí, por tierras cacereñas, las dehesas están así, infinitamente florecidas.
Un saludo.
Pilar.