19:17 Esta fotografía de la luna casi llena, anoche, en Riaño, acaba de enviarla un apreciado lector. GRACIAS.
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9:36 Ha hecho calor esta noche…

19:17 Esta fotografía de la luna casi llena, anoche, en Riaño, acaba de enviarla un apreciado lector. GRACIAS.
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Y además se duerme peor en el campo cuando hay luna llena, o casi, como había esta noche. Entra su luz por las rendijas de la madera más sutilmente, pero con más fuerza, que la luz del día…

Se veía un poco amarilla la luna, con una nube muy alta que se le cruzó anoche por delante, y en los días de niebla o de bruma, la luna llena se vuelve rosa, con un halo alrededor también rosado.

Aunque enseñe siempre la misma cara, la luna tiene una cara distinta según la noche que haga.

En Japón dicen que esta luna de septiembre es la de los aromas, porque acentúa los olores de la noche.

Saldremos entonces a respirar un poco con la luna llena de esta noche, a ver si es verdad lo que dicen los japoneses.

Feliz día y hasta mañana,

Mónica Fernández-Aceytuno

P.S. Dejó hoy aquí otro de esos artículos que voy guardando, escrito en otro mes de septiembre…

LA PERDIZ Y LA TORMENTA

Vendrán los estorninos a por la racima. Y traerán a los viñedos riojanos todos los sonidos de Europa: desde el ronquido de un tractor al murmullo metálico de una máquina de coser, si es éso lo primero que oyeron del mundo. No hay pájaro que imite y transporte mejor los ruidos.

Pero lo que había ayer por la mañana bajo el paraguas de las pámpanas y las uvas, era mucha perdiz común, también llamada perdiz roja. Desde Santo Domingo de la Calzada, el campeón europeo de cetrería, Fernando Zorzano, cree que éste será un buen otoño de perdiz ya que existe una relación muy clara entre la perdiz y la tormenta: los veranos poco tormentosos como el de este año, dan más perdices. Parece que lo que influye no es que se puedan mojar las puestas, sino la tormenta, aunque sea seca, y está comprobado que hay menos perdices tomando baños de tierra cuantos más rayos y truenos vengan del cielo. Ésto no atañe a esas perdices que sueltan los más indignos cazadores y que son perdices que jamás incuban los huevos, haga sol, granice, llueva, truene o escarche.

Para cuando se desperdiguen tras las perdices los cazadores, no quedarán en los viñedos más que redrojos, cencerrones, racimos de uvas que no se vendimiaron; y entonces llegarán los estorninos a por esta racima, vaya a vd. a saber con qué ruidos de Europa en el pico.

www.aceytuno.com

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