Es suficiente con que uno de los dedos del sol señale un instante un mirlo en un abeto, o una fuente del parque.

MF-A

Es suficiente con que uno de los dedos del sol señale un instante un mirlo en un abeto, o una fuente del parque.

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Al estar la luz en todas partes, todo puede ser de pronto algo muy valioso aunque no esté en el más hermoso de los paisajes; es suficiente con que uno de los dedos del sol señale un instante un mirlo en un abeto, o una fuente del parque.

Naturaleza en ABC

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La vida se enreda con poca mate-

ria. Una luz. Un olor. El canto del

mirlo en el aire lavado con lluvia

que, si llegas a tener, y se va, te falta

tanto, que el resto de la vida es un

plantar madreselvas para que vuelvan

los mirlos.

Y allí donde hay alguien que pone a

crecer una hiedra, un seto de arizóni-

cas, o una madreselva, aunque no pien-

se en los mirlos, aunque ni siquiera se-

pa cómo es su canto, con el solo moti-

vo, tal vez, de no ver, ni ser visto por

sus vecinos; se encuentra, al cabo de
<br>unos años, observado con la mirada os-

cura de los mirlos, cuyos ojos tienen al-

rededor un anillo. Naranja. De un na-

ranja tan iluminado como el del pico y

que destaca en un pájaro que, cuando

cruza de la hiedra a la madreselva, pa-

rece un chispazo de plumas negras…Leer más de mi artículo EL MIRLO BLANCO

Mi afectuoso saludo,

Mónica Fernández-Aceytuno

#DiccionariodelaNaturaleza

FOTO: Mirlo macho (Turdus merula) el 23-1-2012

AUTORA: MF-A

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