Al pie de un olivo centenario cuyo tronco se aprecia al fondo, Rafael, un buen agricultor ya jubilado, había sembrado hace ya bastantes años unas cuantas semillas de azafrán dorado.

Al pie de un olivo centenario cuyo tronco se aprecia al fondo, Rafael, un buen agricultor ya jubilado, había sembrado hace ya bastantes años unas cuantas semillas de azafrán dorado.

Al pie de un olivo centenario cuyo tronco se aprecia al fondo, Rafael, un buen agricultor ya jubilado, había sembrado hace ya bastantes años unas cuantas semillas de azafrán dorado. Tardaron varios años en florecer pero ahora, con gran puntualidad, su floración nos anuncia la proximidad del otoño. Se trata de una humilde planta amarilidácea que crece espontáneamente en España. No hace falta sacar sus bulbos de la tierra pues ella solita se basta para naturalizarse y constituir colonias.

También conocida como azucena amarilla, su nombre científico, Sternbergia lutea, honra a Sternberg, el botánico que primero la describió, un científico checo que tuvo una vida apasionante.

Un abrazo. Joaquín

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