En una de las plazas de mi ciudad, hay cuatro plantas que llaman la atención porque tienen aspecto de cactus.

José Manuel Guerra Sanz

En una de las plazas de mi ciudad, hay cuatro plantas que llaman la atención porque tienen aspecto de cactus.

José Manuel Guerra Sanz

En una de las plazas de mi ciudad, con mucho tráfico de coches y de gentes porque es un punto estratégico por el que pasan muchas personas a lo largo del día, hay cuatro plantas que llaman la atención porque tienen aspecto de cactus. Me parece que llevan plantadas cinco o seis años, y algunas de ellas han alcanzado tanta altura como las palmeras datileras que están cerca de ellas. Me parece que son cuatro ejemplares de una misma especie, por lo que he podido observar, es decir por el tipo de sus ramas, con cinco lados, necesitaría además tener el dato del tipo de floración, para estar más cierto, pero eso ocurrirá el año que viene, así que me arriesgo a dar como especie de los cuatro ejemplares la de Euphorbia candelabrum.

Pertenece por tanto a la misma familia del pascuero o flor de pascua, y desde luego su origen es exótico, es decir, que no es una planta de la flora ibérica, ni siquiera europea. Su origen se encuentra en el cuerno de África. Es utilizada en la medicina tradicional etíope, y mezclada con otras hierbas sirve como purgativo.

Se encuentra por tanto en el este del continente africano, a lo largo del valle del Rift, que es una gran fractura geológica que va de Norte a Sur en el continente africano e incluso forma parte de la orografía más conocida como es el Mar Rojo y el valle del río Jordán. Este valle llegará a convertirse en una cuenca oceánica, porque sigue aumentando de tamaño poco a poco, de forma que África llegará a dividirse en dos continentes con un océano en medio. Pero para que llegue eso, se calcula que han de pasar unos 10 millones de años. Mientras tanto podemos seguir disfrutando de estos ejemplares de plantas tipo cactus en el centro de mi ciudad, lo que le da un cierto sabor a Desierto de Arizona o Nuevo México, y uno está esperando ver aparecer a un cowboy a caballo que te pregunte donde hay un sitio para refrescarse la garganta después de haber tragado tanto polvo.

José Manuel Guerra Sanz

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