La creciente utilización de herbicidas para mantener el suelo limpio de plantas adventicias que compiten con las cultivadas en la captación de nutrientes, agua y luz está provocando indeseables inversiones de flora.

La creciente utilización de herbicidas para mantener el suelo limpio de plantas adventicias que compiten con las cultivadas en la captación de nutrientes, agua y luz está provocando indeseables inversiones de flora.

La creciente utilización de herbicidas para mantener el suelo limpio de plantas adventicias que compiten con las cultivadas en la captación de nutrientes, agua y luz está provocando indeseables inversiones de flora cuando no se utilizan los productos adecuados en relación con las especies que se pretende controlar. Es lo que está pasando con la decorativa especie que ilustra este comentario, el Ecballium elaterium, que en muchos sitios forma ya preciosas praderas.

Especie muy invasora, desplaza a gran parte de sus competidoras a no ser que se trate con un herbicida específico, que suele ser de precio muy elevado. No sé si cometo una herejía si digo que podría ser utilizada como planta de jardinería, teniendo en cuenta, además, en su contra, que toda la planta es tóxica. Sus necesidades son mínimas, resiste muy bien la sequía y no se le conocen plagas. A juicio de mis nietos es además una planta muy divertida. Cuando se pisan sus frutos maduros, al aumentar su presión hidrostática se produce una brusca dehiscencia que lanza las semillas a bastante distancia bañando, con su jugo amargo, las caras de los que se encuentren cerca.

Aunque como planta medicinal ha perdido utilidad, en épocas no tan lejanas se utilizó como purgante, si bien en dosis elevadas podía provocar la muerte. Con sus frutos fritos (parece un trabalenguas) todavía verdes se elaboraba un ungüento para calmar el dolor abdominal.

Un abrazo. Joaquín

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