8:17 h Esta carta la recibí ayer, es decir que así estaba ayer por la mañana el Cercis ventureiro (¿es este su nombre científico, o el gallego?), de un agricultor que nos escribe desde el Sur.
África
Buenos días.
El color de la tierra en África, y ese camino, como un camino de Sisley, que serpentea y no se ve cómo acaba, con dos hombres caminando detrás de un rebaño de elefantes.
Hice la foto en una reserva hace tres días, donde me dí cuenta de que la vida silvestre no está hecha para nuestras manos, se deshace como un ramo de amapolas.
Con la mejor de las intenciones, cerramos en un espacio a unos elefantes, y los cuidamos y atendemos hasta convertirlos en animales domésticos. La conservación, tiene que ser otra cosa.
Dijo la baronesa Blixen, Isak Dinesen: “Todas las penas pueden soportarse si se meten en una historia o se cuenta una historia acerca de ellas”, pero yo aún no he conseguido escribir lo que siento al comprobar cómo se va despojando África de su mayor patrimonio, que es la vida salvaje.
En este mismo lugar, había una suerte de granjas africanas, casas que eran decorados para grabar películas que nos hagan soñar con lo que existió un día.
La luz. Puede que la luz siga siendo la misma.
Mónica Fernández-Aceytuno
10:14 del 11/11/2011
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